miércoles, 29 de abril de 2009

BREVE REFLEXIÒN SOBRE LA FUNCIÒN METALINGUISTICA Y LA LITERATURA


BREVE REFLEXIÒN SOBRE LA FUNCIÒN METALINGUISTICA Y LA LITERATURA 

El artista se emociona con la voz de sus fantasmas, estos lo merodean, lo acosan pero él en vez de asustarse, sufre una transformación, una catarsis que lo dimensiona como un ángel soñador al que las musas se acercan a contarle sus secretos, él se estremece con cada palabra, con cada imagen que traduce en su obra literaria, cada metáfora lo desangra por dentro, su alma palpita en un sublime abrazo con la muerte, es pues, la expresión de la sensibilidad a flor de piel , es el idioma de los sentidos que palpita y se refracta en lenguaje plurisignificativo, la lengua entonces se presenta en imágenes que trascienden la realidad y la ficción, dimensionándose en lenguaje poético, donde ahonda la metalingüística, para poder descubrir la voz elocuente del poeta que en pocas palabras eleva su libertad subjetiva, para abarcar el espíritu del universo. es fundamento de esta reflexión el poeta Oscar Wilde, quién en su obra “El Ruiseñor y la Rosa” logra tocar el alma del lector, para ofrecerle un dialogo de sutileza, delicadeza a través de las palabras que van circulando a través del texto narrativo y que estremecen en cada reglón el alma que se acerca a ellas, la acongoja y la hace suspirar profundamente al descubrir en el Ruiseñor al amante agonizante que vive en cada uno de ellos.

El artista se juega la vida en cada una de sus obras, es su interioridad la que se expresa y se proyecta a través del lenguaje escrito, y es ahí donde es escuchado por el lector, y a veces dentro de un lenguaje hermético que corresponde a su estilo, oscuro, dirían otros, pero sus palabras vuelan apaciblemente siguiendo la voz interior que se las dicta, ya que el poeta no establece cadenas con algo diferente que no sea su obra, y es a ella a la que se debe, o acaso el poeta debe escribir para que lo entiendan, quizás en esta apreciación semanticista, se esté sacrificando el valor estético de la obra de arte y más del texto literario, sabemos que muchas textos artísticos se les ha amputado su esencia en las traducciones de un idioma a otro, por eso el texto estético debe analizarse desde su propio lenguaje, mirando más allá del significado de las palabras, la llama sagrada policromada que el artista ha creado a través de esas mismas palabras, vuelan candentemente fascinando con su colorido y los personajes que se mueven unos revelando sus rostros y otros volando vaporosamente a través de la mente del lector. 

El lector, escucha esas palabras, y empieza a percibir esos mundos propuestos por el autor dentro de una dinámica metalingüística, donde cada signo, cada imagen se muestra relevante para poder entender y poder comprender lo que él le dice, es ese diálogo permanente entre lector- autor el que prevalece con el fin de aclarar situaciones, y donde entran todas las funciones propuestas por Jakobson, y que permite comprender que cada texto tiene su propia maraña, su propio tejido que lo hace único, y que le da valor al estilo del autor.