viernes, 15 de mayo de 2009

ANALISIS DEL RUISEÑOR Y LA ROSA DE OSCAR WILDE

Oscar Fingal O'Flahertie Wills Wilde nació el 16 de octubre de 1854, en Dublín y estudió en el Trinity College de esa ciudad. mientras estudiaba en la Universidad de Oxford, destacó en el estudio de los clásicos y escribió poesía; Su primer libro fue Poemas (1881), y su primera obra teatral, Vera o los nihilistas (1882). Se convirtió al catolicismo el 30 de noviembre de 1900,poco antes de morir de meningitis.

Fue acusado por homosexual y encarcelado, por una sociedad mojigata y una Inglaterra Victoriana,  situación que lo afecto demasiado .

 En la cárcel, Wilde escribió De profundis (1895). Y la balada de la cárcel de Reading (1898), escrito en Berneval, Francia, muy poco después de salir de prisión.

Oscar Wilde, era una persona muy sensible, uno de los precursores del esteticismo  con su lema el “Arte por el Arte”,  que predicaba un arte purista, donde el artista es inspirado por las musas en procura de crear belleza, esta visión del arte , se ve reflejado en la sensualidad y delicadeza del lenguaje que expresa en su obra “El Ruiseñor y la Rosa”.

En este  cuento Oscar Wilde, muestra toda su sensibilidad, y sensualidad que un escritor puede transmitir a través del lenguaje, pues teniendo en cuenta, que es narrativo, termina siendo un cuento poético de insuperable belleza.

Sus acciones se ubican en un pueblo y por la descripción de las estaciones parece ser de Inglaterra, pues es invierno, y por lo tanto eran escasas las rosas, lo que convierte la vida del estudiante en un suplicio, ya que su deseo es poder llevar a la hija del profesor al baile.

Se puede decir que la estructura de este relato, tiene un planteamiento o comienzo(situación Inicial), que se da con la preocupación del estudiante por conseguir la rosa roja para poder llevar a la hija del profesor al baile, y en ese monólogo que el establece, es escuchado por el ruiseñor, quien dice “he ahí a un enamorado”, y a partir de allí empieza a desarrollarse las acciones, donde el ruiseñor empieza a preocuparse por el enamorado y va por distintos parajes y jardines, hablando con otros animales los cuales no entienden el sollozo del estudiante, y empieza a buscar la rosa roja de rosal en rosal sin hallarla, el inicio del conflicto, se plantea a partir de allí, ya que el ruiseñor no encuentra la rosa roja, entonces en el jardín de la casa del estudiante termina su búsqueda porque se da cuenta que a causa del invierno el rosal no puede producir rosas rojas, y el rosal le plantea una solución, y es el sacrificio de su vida para con su sangre poder dar vida al rosal para que produzca la rosa roja, a partir de aquí se plantea el conflicto, pues el ruiseñor en un momento piensa que es mucho el costo por una rosa roja, pero termina donando su vida por el valor del amor, dando respuesta al conflicto (resolución del conflicto), poco después despierta el estudiante y ve la rosa en el jardín, la toma y se dirige a la casa de su amada quién la rechaza y considera que no tiene ningún valor (situación final), el muchacho se dirige a su casa y desempolva un libro y termina leyendo y desilusionado del amor…

Este cuento de gran contenido poético, describe un mundo posible, donde los personajes interactúan, utilizando como recurso el autor, la personificación, donde el ruiseñor entiende el lenguaje de los humanos y sus preocupaciones, mientras los otros animales se entienden entre sí, es un mundo fantástico, que hace que el lector se maraville y se traslade a él a través de su imaginación y de ese dialogo  interno que establece el texto con su lector.

Si se habla del tiempo transcurrido en el relato, se podría afirmar que las acciones se desarrollan en un lapso  corto, de un día para otro, pues el estudiante al amanecer observa la rosa en su jardín.  Al analizar el tipo de narrador que se da dentro del texto, podemos inferir que se trata del narrador omnisciente o Narrador heterodiegético Hetero" significa otro, "diégesis" historia. Se trata de aquellos narradores que cuentan la historia desde fuera del mundo del relato, generalmente en tercera persona. Ya que se da cuenta de todo lo que sucede y de lo que piensan y dicen los personajes.

Por otro lado se erigen como personajes principales o protagonistas el Ruiseñor, el rosal y el estudiante, y como personajes secundarios, la lagartija, la mariposa, la margarita, el rosal blanco, y la joven, quienes son los que interactúan dentro del argumento del cuento para darle estructura y sentido a la historia con gran delicadeza y con un lenguaje rico en metáforas y similes “Su cabellera es oscura como la flor del jacinto y sus labios rojos como la rosa que desea; pero la pasión ha tornado su rostro pálido como el marfil y la tristeza le ha marcado su frente con su sello.”

 La Inglaterra victoriana, de paisajes hermosos se ven reflejados en el cuento, que se desarrolla en un pueblo al estilo del siglo XIX, con sus estaciones y sociedad hipócrita que describe Oscar Wilde en el retrato de Doriam Gray, que se deja llevar por los lujos y la opulencia, que no tiene corazón como en el caso de la joven del ruiseñor y la rosa. Son muchos los mundos posibles que se dan en la historia como es el dialogo entre los animales, entre el ruiseñor y las plantas o rosales, el mundo fantástico que allí se describe que arroba el sentimiento del lector atrapándolo con su lenguaje sensual con el cual va describiendo las diferentes situaciones. La presencia del bosque como un ente enigmático y hechizado, como la puerta secreta que lo puede dejar entrar a otro mundo.

Oscar Wilde a través de este cuento nos muestra su esteticismo y la plasticidad del lenguaje que permite abordar mundos posibles, creando  una atmósfera desde la cual define el amor :  “porqué el amor es más sabio que la filosofía, aunque ésta lo sea, y más fuerte que el poder, aunque éste lo sea. Sus alas son llamas coloridas y su cuerpo color de fuego. Sus labios son dulces como la miel y su aliento es como el incienso.” Lenguaje poético que es la savia vital del cuento.

 



miércoles, 29 de abril de 2009

BREVE REFLEXIÒN SOBRE LA FUNCIÒN METALINGUISTICA Y LA LITERATURA


BREVE REFLEXIÒN SOBRE LA FUNCIÒN METALINGUISTICA Y LA LITERATURA 

El artista se emociona con la voz de sus fantasmas, estos lo merodean, lo acosan pero él en vez de asustarse, sufre una transformación, una catarsis que lo dimensiona como un ángel soñador al que las musas se acercan a contarle sus secretos, él se estremece con cada palabra, con cada imagen que traduce en su obra literaria, cada metáfora lo desangra por dentro, su alma palpita en un sublime abrazo con la muerte, es pues, la expresión de la sensibilidad a flor de piel , es el idioma de los sentidos que palpita y se refracta en lenguaje plurisignificativo, la lengua entonces se presenta en imágenes que trascienden la realidad y la ficción, dimensionándose en lenguaje poético, donde ahonda la metalingüística, para poder descubrir la voz elocuente del poeta que en pocas palabras eleva su libertad subjetiva, para abarcar el espíritu del universo. es fundamento de esta reflexión el poeta Oscar Wilde, quién en su obra “El Ruiseñor y la Rosa” logra tocar el alma del lector, para ofrecerle un dialogo de sutileza, delicadeza a través de las palabras que van circulando a través del texto narrativo y que estremecen en cada reglón el alma que se acerca a ellas, la acongoja y la hace suspirar profundamente al descubrir en el Ruiseñor al amante agonizante que vive en cada uno de ellos.

El artista se juega la vida en cada una de sus obras, es su interioridad la que se expresa y se proyecta a través del lenguaje escrito, y es ahí donde es escuchado por el lector, y a veces dentro de un lenguaje hermético que corresponde a su estilo, oscuro, dirían otros, pero sus palabras vuelan apaciblemente siguiendo la voz interior que se las dicta, ya que el poeta no establece cadenas con algo diferente que no sea su obra, y es a ella a la que se debe, o acaso el poeta debe escribir para que lo entiendan, quizás en esta apreciación semanticista, se esté sacrificando el valor estético de la obra de arte y más del texto literario, sabemos que muchas textos artísticos se les ha amputado su esencia en las traducciones de un idioma a otro, por eso el texto estético debe analizarse desde su propio lenguaje, mirando más allá del significado de las palabras, la llama sagrada policromada que el artista ha creado a través de esas mismas palabras, vuelan candentemente fascinando con su colorido y los personajes que se mueven unos revelando sus rostros y otros volando vaporosamente a través de la mente del lector. 

El lector, escucha esas palabras, y empieza a percibir esos mundos propuestos por el autor dentro de una dinámica metalingüística, donde cada signo, cada imagen se muestra relevante para poder entender y poder comprender lo que él le dice, es ese diálogo permanente entre lector- autor el que prevalece con el fin de aclarar situaciones, y donde entran todas las funciones propuestas por Jakobson, y que permite comprender que cada texto tiene su propia maraña, su propio tejido que lo hace único, y que le da valor al estilo del autor.

lunes, 27 de abril de 2009

ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE METALENGUAJE Y HABLA


Son muchas las ocasiones que dentro de la pragmática del lenguaje quedamos sin saber lo que nos quisieron decir, debido a que la manera como se expreso nuestro interlocutor no fue la más clara o por consiguiente fue muy ambigua, entonces surge la pregunta como una manera de aclarar el mensaje(función fática), de descubrir el contenido semanticista que en él se esconde, por consiguiente como dice Jakobson “estamos rodeados de un universo metalingüístico” , más en la época actual cuando estamos inmersos dentro de una cantidad de lenguajes que en muchas ocasiones nos dejan perplejos, ante su desconocimiento, pues bien, cuando nos referimos al estudio del lenguaje se está haciendo uso de la función metalingüística.

La función metalingüística posibilita la autorregulación de nuestras propias comunicaciones porque implica una reflexión sobre la lengua y la manera como la utilizamos, además hay que considerar que dentro de toda comunicación se establece una relación directa e indirecta con las otras funciones, cuando se indaga sobre lo que se dice entonces se evoca la fática, pero de manera directa se entra a estudiar el metalenguaje, como las diferentes posibilidades que nos brinda la comunicación, que permite expresar una realidad de diferentes maneras.

El que habla por primera vez de metalingüística es Román Jakobson en 1956, en una "disertación" presentada en la Linguistic Society of America y publicada veinte años más tarde bajo el título "Metalanguage as a Linguistic Problem"'. Según su propia confesión, Jakobson calca el término metalenguaje del lógico polaco Alfred Tarski, primero, al parecer, que encerró entre comillas los signos (palabras, expresiones) cuando eran objeto de mención (y no de uso). A su vez, la distinción:
a) Uso: los signos son nombres de las entidades (extralingüísticas) que designan (p.e.: "Necesito un bolígrafo para escribir");
b) Mención: los signos son nombres de sí mismos, etiquetas lingüísticas de entidades también lingüísticas (ej. "Bolígrafo es lo que yo he dicho") es introducida por el lógico norteamericano W.V. Quine hacia 1940 y tiene como base la teoría de la jerarquía de lenguajes propuesta por Bertrand Russell (1922) en su "Introducción" al Tractatus Logico-Philosophicus de L. Wittgenstein para evitar la paradoja semántica derivada de uno de los principios explícitos en la obra: "Lo que puede ser mostrado no puede ser dicho" . Y en este mismo marco del lenguaje en interacción inscribe weinrich sus observaciones acerca del metalenguaje: "siempre que al hablar se producen perturbaciones o dificultades en la comprensión, los interlocutores intentan aclarar por procedimientos metalingüísticos la comprensión del texto problemático" . Creemos, sin embargo, que desde este punto de vista es lícito matizar y ampliar el alcance "metalingüístico" que tanto jakobson como weinrich atribuyen a nuestro comportamiento comunicativo y esbozar una posible clasificación de la función metalingüística, que nos permita un estudio más racional de ella.

Si tomamos como ejemplo de esta disertación, la forma como hoy se expresa la juventud, vamos a encontrar en muchos de los términos utilizados por ellos un metalenguaje, que en la interacción entre iguales halla sentido, se establece esa relación entre el referente y el significado, entre el significante y el concepto, es pues la realidad misma la que va creando sus formas de definirla y, de comprenderla dentro de una dialéctica continuada, donde las lenguas van evolucionando con nuevos términos (neologismos o tecnicismos), los metalenguajes que se producen cada día como resultado de los avances científicos y las formas de llamar a nuevos objetos o referentes. Así mismo, podríamos asegurar que cada área del conocimiento tiene su propio metalenguaje, situación esta que puede verse reflejada en epistemología y en la hermenéutica, al querer esclarecer la valides teórica y conceptual de la misma ciencia. Así mismo se puede asegurar que el estudio del lenguaje tiene su propio metalenguaje. Por ejemplo:

“ ¡asesino! ”, ésta era la palabra que había leído el quiromántico sobre sus manos. ¡asesino! La noche misma parecía saberlo y el viento desolado la zumbaba en sus oídos. Los rincones desolados sabían el significado de aquella palabra de aquella acusación.
Oscar Wilde,El crimen de Lord Artur Saville,pàg 14.


“Cuando el metalenguaje aparece (explicaciones del narrador, en los ejemplos anteriores), la función metalingüística constituye un fin en sí misma y el lenguaje es fuente de conocimiento acerca del propio lenguaje. Ésta es la función metalingüística explícita (primer miembro de nuestra clasificación), la tradicionalmente estudiada, cuya "cotidianidad" es, como Weinrich sostiene, innegable. Aparece en espontáneas actividades de desambiaguación ("He dicho 'pana', no 'gana'") o de reflexión sobre terminología ("A los niños se les llama 'guachos' en La Manchuela"), en el lenguaje técnico de los profesores de lengua”

M. ROMÁN JAKOBSON, «El metalenguaje como problema lingüístico» (1956), recogido en El
marco del lenguaje. Fondo de Cultura Económica, Méjico, 1980, pp. 81-91.
BERTRAND RUSSEL, «Introducción» a L. Wittgenstein, Tractatus Logico-Philosophicus. Alianza Universidad, Madrid, 1973, pág. 27 (trad. E. Tierno Galván).

HARALD WEINRICH, «De la cotidianeidad del metalenguaje» (1976), en Lenguaje de textos. Credos, Madrid, 1981, págs. 110-139.

Metalenguaje que, por (de)fonnación profesional, no es, lógicamente, el mismo que el del pueblo llano. Cf., por otra parte, E. COSERIU, «Determinación y entorno», pág. 233: «aislada de sus contextos, la frase es otra: es nombre de la frase real e implica un traslado del lenguaje primario al "metalenguaje"» (en Teoría del lenguaje y lingüística general, Gredos, Madrid, 1978, págs. 282-323.

jueves, 9 de abril de 2009

EL ARTE UNA FORMA DE EXPRESIÓN HUMANA

EL ARTE UNA FORMA DE EXPRESIÓN HUMANA

PINTURA RUPESTRE CUEVA ALTAMIRA

A través del tiempo, el hombre se ha definido como un ser simbólico, en busca permanente de poderse expresar con sus congéneres, y, para ello ha tenido que simbolizar la realidad, representarla a través de signos o valerse de señas para referir en muchos casos, a esa realidad desde un nivel más personal, se pueden encontrar vestigios en los estudios elaborados en Canadá por C. LEVI STRAUS en su obra “DE LA MIEL A LA CENIZAS”, en la simbología de los tótems, como también de la pintura rupestre encontradas en las cavernas, las cuales admite , como formas de expresión de los pueblos primitivos, “El “arte prehistórico” se convierte así en una categoría definida por su asociación a formas de representación grafica ligadas a una supuesta carga simbólica en grupos que no practican la escritura”(Chapas Brunet, Teresa. 2000).

La escritura, como hoy es conocida, surge de estos signos: nudos, líneas geométricas, pictogramas…A partir de ellos, el hombre acumula un sistema gráfico, una selección ordenada y calculada de indicadores que le permite objetivar y materializar, estados de ánimo y pensamientos. Hay que subrayar que, en esta forma primitiva de escritura, la relación entres signo y significado es naturales es decir, no existe distinción entre lo contemplado y lo leído, entre lo que se observa y lo relatado, la mirada y el lenguaje se entrecruzan para comunicar algo, para simbolizarlo.

Por lo anterior se puede considerar al Arte como un lenguaje, plasmado en el objeto de arte. El objeto de arte presenta un proceso de elaboración o conformación de un objeto material que, de acuerdo a la forma que recibe, expresa y comunica el contenido espiritual de manera objetiva. El hombre por medio del objeto de arte satisface sus necesidades estéticas de conocimiento, manifiesta su ideología, su subjetividad, su visión de la realidad. El objeto de arte le permite objetivar el vínculo existente entre su personalidad, la estructura cultural de la época y el medio social al que pertenece que de alguna manera lo condiciona, pero al que puede llegar a modificar.

Al estudiar la literatura como arte, hay que considerar que ésta se expresa en un lenguaje especial, el cual se superpone sobre la lengua natural como un sistema secundario. Por eso la definen como un sistema modelizador secundario. Decir que la literatura posee su lenguaje, lenguaje que no coincide con la lengua natural, sino que se superpone a ésta, significa decir que la literatura posee un sistema propio, inherente a ella, de signos y de reglas de combinación de éstos, los cuales sirven para transmitir mensajes peculiares no transmisibles por otros medios. Por consiguiente, no se puede identificar el lenguaje del arte con el concepto tradicional de la forma. Es más, al recurrir a una determinada lengua natural, el lenguaje del arte hace que sus aspectos formales sean portadores de contenido.

En el texto artístico verbal no sólo los límites de los signos son distintos, sino que el concepto mismo de signo es diferente. Por lo tanto, hay que señalar que los signos en el arte no poseen un carácter convencional, como en la lengua, sino icónico, figurativo. Se comprende que, en estas condiciones, se produzca en el texto artístico la semantización de los elementos extrasemánticos (sintácticos) de la lengua natural. En lugar de una clara delimitación de los elementos semánticos se produce un entrelazamiento complejo: lo sintagmático a un nivel de la jerarquía del texto artístico se revela como semántico a otro nivel. En consecuencia se empieza a hablar de la plurisignificación o pluralidad de los códigos del texto artístico, pues al poseer la capacidad de concentrar una enorme información en la “superficie” de un pequeño texto, el texto artístico posee otra peculiaridad: ofrece a diferentes lectores distinta información, a cada uno a la medida de su capacidad; ofrece igualmente al lector un lenguaje que le permite asimilar una nueva porción de datos en una segunda lectura. Se comporta como un organismo vivo que se encuentra en relación inversa con el lector y que enseña a éste. Se trata de que, en una serie de casos, el receptor del texto se ve obligado no sólo a descifrar el mensaje mediante un código determinado, sino también establecer en qué “lenguaje” está codificado el texto.

El hombre para crear su obra artística, se inspira y juega con el lenguaje dentro de una dialéctica metafórica, donde el lenguaje se connota y cambia su significado literal, para dar paso relevante a el lenguaje artístico, que tiene como propósito el mundo estético, el significado como dice Jakobson, “se encuentra en el código mismo, en el lenguaje mismo”, y el autor no puede sacrificar su obra por el significado del contenido. Pero por ello, no se puede decir, que la obra de arte no sea lenguaje comunicativo, es otra forma de lenguaje que a partir del mundo estético expresa la interioridad de su autor, la forma en que éste percibe el mundo, o la muestra de su ensoñación para hacernos referencia a mundos posibles.

BIBLIOGRAFÍA

VIGOTSKY, L.S, “Imaginación y el arte en la infancia” (ensayo psicológico). Bs. As. Akal, 1982

Yuri M. Lotman, Estructura del texto artístico, Madrid, Istmo, 1982, pp. 17-46

LAS FUNCIONES DEL LENGUAJE SEGÚN BUHLER Y JABKONSON

LA COMUNICACIÓN Y LAS FUNCIONES DEL LENGUAJE

El hombre por naturaleza, ha necesitado comunicarse a través de un lenguaje constituido por un sistema de signos, los cuales tiene unas características particulares, ya que tienen la capacidad de simbolizar y comunicar todo cuanto rodea al ser humano.

Pero, ¿qué son las funciones del lenguaje? Son pues las diferentes formas en que el hombre lo utiliza en sus actos de habla, dentro de la cotidianidad en la interacción con los demás, es la forma en que se simboliza el mundo para poderlo comunicar al otro, es la forma en que se representa las cosas u objetos que están en relación con él.

Karl buhler en su obra Teoría del Lenguaje (1967), identifica tres funciones básicas del lenguaje:

a. Una función representativa, denominada también referencial, cognitiva o informática. Es fundamental en la comunicación lingüística y se encuentra en todos los enunciados que dan cuenta de la realidad, de los objetos del universo.

b. La función expresiva, llamada también función emotiva o sintomática. Le permite al emisor la exteriorización de sus actitudes, de sus sentimientos y estados de ánimo, así como la de sus deseos, voluntades, nivel socioeconómico y el grado de interés o de apasionamiento con que realiza determinada comunicación.[1]

c. La función apelativa Bühler entiende la apelación como la propiedad de influir por medio de las palabras en las actitudes, pensamientos y conducta del interlocutor. Pues bien, estamos en presencia de la función apelativa o conativa cuando el mensaje está dirigido al oyente en forma de orden, mandato, exhortación, requerimiento o, simplemente, con el propósito de llamar su atención.

Roman Jakobson expone en su obra “Ensayos de lingüística General”, quién agrega tres funciones más a las expuestas por Buhler:

a. La función poética o estética. Determina las relaciones del mensaje consigo mismo, tiene como propósito expresar belleza u objeto estético.

b. La función fática o de contacto. Es la función que cumple el lenguaje cuando tiene como objetivo establecer y mantener el contacto comunicativo.

c. Función metalingüística. Posibilita la autorregulación de nuestras propias comunicaciones porque implica una reflexión sobre la lengua y la manera como la utilizamos, y, además, porque nos permite reflexionar sobre las otras funciones. Así, cada vez que el emisor o el receptor juzgan necesario verifica si están utilizando el mismo código o si el discurso está centrado sobre el mismo código, hacen uso de la función metalingüística.

BIBLIOGRAFÍA

BÜHLER, Karl. Teoría del lenguaje. Madrid : Revista de Occidente, 1967.

CASTRO GARCÍA, Oscar y POSADA GIRALDO, Consuelo. Manual de teoría literaria. Medellín: Editorial Universidad de Antioquia, 1994.

JAKOBSON, Roman. Ensayos de lingüística general. Barcelona : Ariel, 1984.

NIÑO ROJAS, Víctor Miguel. Los procesos de la comunicación y del lenguaje.Santafé de Bogotá : Ecoe, 1998.

TOBÓN, Rogelio. Estrategias de la comunicación. Medellín : Grupo Impresor, 1997.



[1] Por eso, las interjecciones y las exclamaciones son las formas gramaticales propias de esta función.